EL:
Mil gracias a ti
mi niña, mi Lola
por hacerme ser lo
que realmente soy
por hacer que me
tenga,
por hacer de mi
libertad,
la senda de mi
vida,
por amarme y darme
todo.
Por sentir y
hacerme sentir,
por reírte junto a
mi risa,
por tener labios
para los míos,
por tener ojos para
mi vista.
Por la vida que me
das,
por ver y hacerme
ver,
por ser quien eres
por poner música a
mis días
por ser y hacerme
ser
por creer y hacerme
creer
por creer en mí, y
recrearte conmigo
Por vivir conmigo y
hacerme vivir
por tener un beso y un abrazo
dispuestos siempre
para mí.
Por lanzarte al
vacío conmigo,
porque me das la
sensibilidad del amor
y el fruto de los
días
y la semilla que
embriaga mis sentidos
azucarada, néctar
de noches y días.
Gracias, y siempre
gracias
porque has puesto Lola en mi vida.
¿Lo escuchas?
Es mi canto,
es mi voz hacia ti,
SIMPLE Y LLANAMENTE
TE QUIERO
y lo dice todo.
ELLA
No existe nada
simple en ti,
todo enciende la
vida
y experimenta con
los sentidos,
sin razón ni más
motivo que el amor que sentimos.
Me haces sentir
hermosa por dentro y por fuera
los dos sonriendo
al regalo ofrecido,
los dos amando la
vida con todas nuestras fuerzas.
Lo espero,
te amo
con locura,
con alocamiento.
Mayusculadamente,
atemperadamente,
sin prisa que pueda
desvirtuar lo que me das,
desde la distancia
que nos separa.
En la cercanía que
nos convierte en un solo ser
cuando hacemos el
amor…,
con la mirada,
los besos,
las caricias...,
piel a piel.
Nada de sabores que
no sean el del amor
y el sexo deseado.
Te lo permito todo,
vida mía,
lo mío es tuyo,
tuya es mi vida...,
porque das
libertad.
Gracias por
existir,
por ser la fuerza
que me impulsa cada día.
Te quiero
atolondradamente,
inmensamente,
eficazmente...
Haces de la quimera
tiempo presente posible
a mis ojos.
Amor de mi amor,
substancia de mi
existencia,
sabor de mi
creencia...