domingo, 4 de agosto de 2013

A EVA FONTECHA

Sí, tu hija va a volver a ser madre, y tú, amada mía, vas a ser abuela de nuevo y a mí que me acompaña la "abuelía" contigo...
Y heme aquí, echándote de menos y compartiendo esa sensación... esa mágica sensación. Abuelos... uf...
Tu Eva, tu niña tiene un ser dentro, muy dentro, muy dentro del alma y de su corazón...
Y aquí, que he escrito este poema... para Eva, Fontecha... de los Fontecha...
Agosto naciente, que todo sea muy rapidito y bien, esa hermosura del misterio de la naturaleza...
 
NACER… NACIENDO
                               A Eva Fontecha
 
Y pensar que nacerá de muy poco,
y que será muy poco.
Y regresará al mundo haciendo ruido,
tras batallar nubes de tormenta,
volcán de abruptas luces
y espirales cavidades.
 
Hinchando su cálido hogar,
oquedad que se desvanecerá
para dejar todo en su sitio.
En un paraje suspirando,
en un suspiro de llanto,
llanto, llanto, llanto…
cuanto más llanto, más hermoso canto,
y de lágrimas, entretanto,
alzar voces de alegría,
esbozar un dolor adolorido,
cubierto de un mágico manto rojo,
que dio vida, que selló una vida,
que certificó un mundo.
 
¡Ah, envidia de hombre!
¡Ah, envidia de ser mujer!
Envidia que procurar no puedo,
que vida no puedo tener en mí,
triste envidia por ti,
mujer.
 
Ah, primer nombre de mujer,
que abrió sus puertas al futuro,
con santo y seña a un nuevo mundo
en rememorado salvador.
 
Ya viene, ya llega,
no se hace esperar,
no te hagas esperar,
no te atosigues,
empuja de imaginación,
admira este mundo con pasión,
y llega, mira y proclama
la vida, al fin te llama.
 
                               Paco Velázquez
                               4 de agosto 2013
 
 

1 comentario:

  1. Para mí es un orgullo poder compartir este momento contigo, ser significa estar y tu sabes hacerlo muy bien. Un beso, mi vida

    ResponderEliminar